El testamento era muy claro: la granja de la playa de Betangera no pertenecería nunca a Jenni a menos que se casara y el matrimonio durase un mínimo de un año. De no ser así, la granja pasaría a mano…
Lo único que quería Maggie Cray era una vida tranquila en su propia isla privada. Después de un matrimonio infeliz, lo que ansiaba era independencia y libertad. Y lo consiguió, hasta que Devlin Macaf…